lunes, 3 de octubre de 2011

Enamorada de las Letras

Hay momentos en que hay demasiadas cosas en nuestra cabeza. No logramos procesar ni dar forma a la mitad de lo que en realidad ronda en nuestro interior.
Pensamientos desordenados. Ideas que flotan.

Una vez me dijeron que la función histórica de la religión fue dar cierto carácter de organización a la humanidad.
Pues, en mi caso, ese orden fue proporcionado por la palabra. La maravilla, la riqueza y la magia de la lengua.
Ah, qué fenómeno exquisito.
No sólo posee encanto y es generador de pasión, sino que su naturaleza es completamente pura. Es adorablemente simple enamorarse de las letras.
No soy experta en comunicación. Soy preferentemente solitaria y reservada. Sin embargo, admiro la bendición del diálogo como una fuente de los más grandes placeres.

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