miércoles, 28 de diciembre de 2011

Au revoir, mère

Hoy la paliza ha sido más fuerte que la caricia.
El recuerdo del afecto que alguna vez profesaste se ha ido desvaneciendo desde hace tiempo. En vano intenté retenerlo entre mis manos, pues no era más que arena escurriéndose por mis dedos, envolviéndome en frustración y tristeza.
Desearía encontrar la manera de evitar la eterna repetición de esta escena, en que sólo se retrata tu rechazo una vez más.

Mas, incluso dejando tus palabras y gestos de lado, encuentro aquí la verdadera razón de mi pena. La indiferencia. Soy menos que viento soplando en tu rostro. Soy más insignificante que la piedra que pateas al caminar.

Soy a quien decides ignorar día a día.


Soy quien se siente más lejos que nunca.



Soy quien ya no podrá regresar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario