sábado, 27 de junio de 2009

Refugio Vacío


Ángel caído que jamás recibió comprensión. Cuan ave sin alas lastimosamente vaga; eternamente buscando amparo en el sitio equivocado, jamás llegando al tan anhelado refugio.
Ay, si supiese aquel ser maravilloso quién sufre por su ausencia. Si tuviese una mínima noción de que alguien le espera con los brazos abiertos, alguien que permanecerá por siempre allí, aguardando su llegada infinitamente lejana.
Pero él continua avanzando en aguas profundas, en ráfagas de viento que ya su cuerpo no es capaz de soportar. Él aún camina sobre fuego, y danza torpemente entre puntiagudas piedras; aún grita, sabiendo que no será oído y que en vano se resiste a lo evidente.
Y la eterna espera no cesa…

“Mi ventana siempre estará abierta… sé que él algún día ha de llegar.”

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