Profundamente dormía
Entre brazos de acero
Arrullada por la dulce melodía
De un inminente aguacero...
Aferrada la niña fuertemente
A su escudo de mármol con brío
Permanecerá eternamente
Cobijándose del áspero frío.
Lágrimas caerán en ocasiones
Helándose para ser de cristal
Diamantes, pequeños corazones
Reflejarán la belleza inmortal.
Pacientemente esperará
Que el sol irradie su calor
Y entonces así despertará,
De aquel largo sueño, su amor.
Mas si algo no sabía
Es que en vano habría de esperar
Pues el escudo con que se cubría
Jamás iría a despertar...
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