jueves, 30 de junio de 2011

Muy Daniel Powter

Abrigada campera negra. Capuccino en la mano derecha y un azabache paraguas en la izquierda. Sin reloj con que guiarse, esperando sola el colectivo. El aguacero no cesa.
Ella sonríe.
Un único instante feliz.
Porque tuvo un mal día. Pero ahora lograba mimetizarse con el paisaje.
Sin miradas inquisidoras ni murmullos hirientes. Dichosa abraza su soledad.
No necesita consuelo ni palabras de aliento.

Hoy sólo quiere aceptar su melancolía.
Ya vendrán días de gloria, mas sabe apreciar la belleza de la nostalgia.

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