viernes, 1 de julio de 2011

-Fragancia a vida.

Amo ese momento en que nos damos cuenta que está por llover.
El aire se carga de ese no-se-qué; el perfume de la lluvia es algo magnífico que jamás pude explicar correctamente.
Esa sensación única de pureza y vitalidad. De saber que sigo viva.

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