Increíble la cantidad de pensamientos que nacen a partir del simple acto que es dirigir nuestra mirada hacia la ventana. Una vía que desencadena miles de sensaciones, planteos, sentimientos... La vida enmarcada, como un cuadro que permanece indemne a todo lo demás.
Con la paleta de colores interna creamos una obra que se sostiene frente a nuestros ojos y parece hablar en silencio.
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