Todo estaba en orden hasta que una ráfaga de viento me hizo volar.
Estoy tan lejos de donde me gustaría estar.
Porque alguna vez pertenecí. Estaba viva.
Ahora doy vueltas, sonámbula. A la deriva.
Y ya no importa cuánto llore,
porque jamás volveré a ese lugar.
No seré quien fui, no hay forma de corregir
ni de sanar esa herida latente,
esa cruel cicatriz que llevo en la frente.
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