
Somos puros hasta el momento en que ingresamos en la sociedad. En ese instante, nos deshacemos de la libertad y ciegamente buscamos los grilletes. Nos perdemos a nosotros mismos en el mar de tormentos y reglas, intentando aferrarnos al más mínimo ápice de esencia que podamos conservar…
No hay comentarios:
Publicar un comentario