Parece que he encontrado mi límite. Siempre procuré mantener un orden impecable, exigiéndome lo imposible pero lográndolo al fin. Hoy, la vida me pasa la factura. Hoy, no puedo motivarme lo suficiente como para querer mantener un orden. Hoy no puedo exigirme siquiera lo más mínimo...
Hoy, soy quien fui en un principio, antes de disfrazarme y convencerme ante un ideal estúpido.
Hoy, reconozco que soy nada.
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