Ella sonríe.
Un único instante feliz.
Porque tuvo un mal día. Pero ahora lograba mimetizarse con el paisaje.
Sin miradas inquisidoras ni murmullos hirientes. Dichosa abraza su soledad.
No necesita consuelo ni palabras de aliento.
Hoy sólo quiere aceptar su melancolía.
Ya vendrán días de gloria, mas sabe apreciar la belleza de la nostalgia.