Inmersa en un mar de orgullosas anguilas
me desvivo por conservar una subestimada integridad
intentando descifrar los crueles tapices que hilas
obteniendo estériles resultados ¡estúpida terquedad!
Lucho por sobrellevar la pena que percibo
mas es peor la indiferencia quemante
las carcajadas monótonas que recibo
opacadas por una vanidad inquietante
Si he de hundirme bajo el canto de cuna
de las aguas castigando mi existir
tal vez diga, entonces, adiós a mi luna
mas ni un instante dejaré de sonreir
pues habré partido sabiendo comprender
la belleza que no todos pueden ver...
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